Cuando terminó de escribir Cien años de soledad, García Márquez no tenía dinero ni para mandarle la novela al editor. Al llegar con Mercedes Barcha, su mujer, a la oficina de correos para mandar la novela a Buenos Aires, el empleado la pesa: - Son 82 pesos - les dijo. La pareja busca y rebusca en sus bolsillos: - Sólo tenemos 53. Ambos deciden dividir el paquete por la mitad y mandarlo por partes. Lo que no advierten, es que por error mandan la segunda parte de la novela en lugar de la primera. Francisco Porrúa, editor de Sudamericana, quedó fascinado al leerla y les envió el dinero para que mandaran el resto. Al año siguiente apareció Cien años de soledad, y su primera edición se vendió en menos de un mes. Actualmente lleva más de cien ediciones y de 50 millones de libros vendidos.
De hecho, cuenta Mercedes que mientras Gabo escribía Cien años de soledad, tampoco podían pagar el alquiler de su casa en Ciudad de México. Fue ella quién arregló con el propietario para que no les cobraran la renta durante 9 meses.
@HistoriasLitera Cuenta la historia que después de que enviaron la novela, su esposa, Mercedes Barcha, le dijo a #Gabo: «Ahora solo falta que la novela sea mala»...
@HistoriasLitera Eso siempre me ha parecido otro cuento de él.
@HistoriasLitera Ya con fama y sus nexos con el narcotráfico, el cuate jamás volvió a saber lo que era no tener dinero. De esos tantos personajes nefastos, 🤦🏻♂️
@HistoriasLitera Gabo es un maestro de la literatura.
@HistoriasLitera Cien años de soledad para condonar nueve meses de angustiosa espera, y dejar que sea el correo y no la cigüeña quien haga la entrega de la criatura. Momentos sumamente embarazosos al concebir una gran obra que ha cobrado vida propia. Propio del realismo mágico de todo escritor
@HistoriasLitera Le hubiese pedido prestado a su gran amigo Fidel Castro
@HistoriasLitera Me encanta esta historia… sea real o no. La leo y disfruto cada vez que se me aparece!